Las mujeres solas, sin pareja masculina, que quieran ser madres podrán acceder a los distintos tratamientos de reproducción asistida, utilizando semen de donante.

La infertilidad es un acontecimiento vital estresante para la pareja, que afecta tanto a la mujer como al hombre en la medida en que fallan en los roles impuestos por la sociedad y la cultura.

Cuando la pareja se encuentra con dificultades para concebir de forma natural resulta frecuente que aparezcan diferencias derivadas de la distinta visión sobre qué hacer y qué es lo más importante en el proyecto de vida de esa pareja. Cada persona es distinta y afronta los problemas desde ópticas diferentes. Es el momento en que debe establecerse un nivel de comunicación que permita expresar con total libertad los sentimientos y los miedos.

El nombre anestesia deriva del griego “a aisthesis” (a- estesia), se define como la privación total o parcial de la sensibilidad producida por causas patológicas o provocada con finalidad médica.

En el Día Europeo de Prevención del riesgo Cardiovascular, no está de más que recordemos la importancia de estas patologías y la necesidad de mejorar hábitos de vida y alimentación para prevenirlas. Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de mortalidad en nuestro país, si bien el número de fallecimientos se ha ido reduciendo en la última década, poniendo de relevancia las mejoras en los tratamientos y en los protocolos de prevención y atención precoz en nuestra red sanitaria. Pese a esto, algunas cifras siguen siendo preocupantes.

El 28 de febrero es la fecha elegida por la OMS para recordar a pacientes y familias afectadas por las denominadas “enfermedades raras”, aquellas cuya incidencia en la población es inferior a los 5 casos por cada diez mil habitantes (cifra aceptada en el conjunto de la Unión Europea).

Como resumen podríamos decir que la fertilidad comienza a disminuir entre los 26 a 34 años y cae más rápidamente después de los 35 años. Las mujeres que deciden posponer el embarazo hasta después de los 35 años, o incluso 40 años, deben obtener información clara y precisa sobre todas las opciones, pruebas y tratamientos adecuados y sobre todo, de las posibilidades reales de éxito de los mismos en cada caso concreto, porque espíritu y biología no siempre van de la mano.