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Cómo abordar anímicamente un tratamiento de reproducción asistida

Los sentimientos y las emociones

Cuando una pareja está inmersa en un tratamiento de reproducción asistida para tener un hijo es difícil que encuentre circunstancias que le permitan verlo con sentido del humor.

En general, y ya hemos hablado de ello en este blog, los sentimientos que están presentes y las emociones que se suscitan generan en la pareja un estado de ánimo bastante alejado a cualquier forma de buen humor.

Hemos descrito la frustración, la sensación de fracaso y la culpabilidad, como comunes a la mayor parte de las personas afectadas de un problema de infertilidad. Aunque es cierto que en el momento en que toman la decisión de acudir a un centro especializado para someterse a un tratamiento de reproducción asistida, la esperanza renace.

Cada pareja que se somete a un tratamiento de fertilidad lo hace con la convicción y la esperanza de que su deseo de tener un hijo se va a hacer realidad, pero es importante que tengan en cuenta que la complejidad del proceso, unido al ciclo reproductivo de la mujer, nos impide determinar el tiempo en que vamos a conseguirlo.

Y el tiempo se convierte en el enemigo… el calendario pasa a ser el eje de nuestro día a día, nos hacemos expertos en temperaturas, niveles hormonales, transferencias, ecografías, cosas que desconocíamos como “moco cervical” aparecen frecuentemente en nuestras conversaciones y posponemos muchas de las cosas que conformaban nuestro interés: el cine, pasear, ir de viaje, visitar a los amigos y hacer el amor cuando nos apetezca.

«Cada pareja que se somete a un tratamiento de reproducción asistida lo hace con la convicción y la esperanza de que su deseo de tener un hijo se va a hacer realidad, pero es importante que tengan en cuenta que la complejidad del proceso, unido al ciclo reproductivo de la mujer, nos impide determinar el tiempo en que vamos a conseguirlo.»

¿Qué tal ha ido? ¿Ya estás? ¿Para cuándo?

Este panorama se agrava si nuestro entorno conoce nuestra situación: suegros, cuñados y demás miembros de la familia, que nos quieren y quieren lo mejor para nosotros, preguntan continuamente. “¿qué tal ha ido?”, “¿ya estás?”, “¿para cuándo?”

Si encima, dentro del grupo existen personas que no confían en la Ciencia, oiremos otros argumentos: “no lo hacéis lo suficiente”, “debes dejar las piernas levantadas después de”, “no te laves”, “come mucha piña”, “cuando dejéis de preocuparos pasará”…

En fin, consejos, recomendaciones, fábulas que en su mayoría no tienen ningún elemento de utilidad, ni veracidad, preguntas que en lugar de servirnos para sentirnos apoyados consiguen como poco sacarnos de quicio y aumentar nuestra sensación de incapacidad para lograr algo que casi todo el mundo puede hacer…. tener un hijo.

Estrategias para afrontar las circunstancias del tratamiento de reproducción asistida

Y este es el momento en que debemos plantearnos que sólo con angustia, frustración y tristeza no vamos a poder sobrevivir a esta experiencia. Es necesario buscar otras estrategias para afrontar las circunstancias del tratamiento…. Y que éste no pase a ser el centro de nuestra vida, no debemos perder de vista que nosotros, nuestra pareja, tenemos más roles que el de futuros padres, también y sobre todo somos amantes, amigos, profesionales, familiares.

Nuestros intereses y aficiones siguen estando ahí… ¡hay que recuperarlas!

¿Qué deberíamos tener en cuenta al iniciar un tratamiento de reproducción asistida?

  1. No contárselo a nuestro entorno familiar, con esto evitaremos preguntas y recomendaciones, especialmente molestas en reuniones.
  2. Seguir programando vacaciones y salidas sin estar limitados constantemente por lo “y sí en esa fecha estoy…?” Si es necesario siempre podemos anular.
  3. Establecer con la pareja un pequeño (o grande) acuerdo sobre las cosas a las que no debemos ni queremos renunciar durante el tratamiento, me refiero a nuestras costumbres y gustos que han ayudado a construir nuestra pareja. Y establecer los límites que no estáis dispuestos a rebasar si empiezan a aparecer conflictos.
  4. Seguir disfrutando de las relaciones sexuales sin tener sólo en cuenta los días fértiles.
  5. Habla con tu pareja sin miedo y se valiente si crees que es necesario hacer una pausa en vuestro tratamiento de fertilidad.
  6. Y ante la duda de si seréis capaces de conseguirlo, os recuerdo que desde que habéis iniciado el tratamiento de reproducción asistida habéis sido capaces de adoptar y soportar situaciones realmente complejas:
  7.  Integrar el termómetro y el calendario como elementos directivos de vuestro día a día, a pesar de que antes no eráis demasiado rigurosos en el cómputo de los ciclos.
  8. Aceptar que el punto de partida del encuentro sexual no siempre sea el deseo o la seducción, sino la temperatura… y conseguirlo con éxito.
  9. Incorporar hormonas a vuestra “dieta” y asumir que los cambios emocionales que producen no han impedido que sigáis realizando vuestro trabajo con normalidad.
  10. Eludir comentarios, opiniones y consejos de vuestro entorno y conseguir mantener la sonrisa y a las amistades.

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