Creo que muchas de nuestras experiencias vitales están influenciadas en mayor o menor medida por la información previa que de ellas tenemos, me refiero sobre todo a experiencias vitales de “primera vez”, y a la información previa que se forma a través de la experiencia de otras personas, diferentes a nosotros, pero que gozan de la confianza suficiente por nuestra parte para aceptar su vivencia como determinante a la hora de vivir la nuestra.
Entre todas ellas, sin duda, la vivencia del parto está influenciada de forma determinante por las circunstancias que han rodeado los partos de nuestras madres, familiares e incluso amigas, que relatan este acontecimiento con todo lujo de detalles, sin tener en cuenta el efecto que puede causar en nosotros.
Consulta al ginecólogo, matrona o personal sanitario
Afortunadamente, cada vez, somos más conscientes que nuestras dudas y miedos durante el embarazo debemos consultarlos con nuestro ginecólogo, matrona o personal sanitario que nos atiende, pero a veces es difícil eludir la “experiencia” de las mujeres de nuestro entorno.
Es importante resaltar que las mujeres no somos iguales y que por lo tanto la vivencia de la maternidad, que parece universal, es única para cada mujer y con características propias y diferentes en función de diversos factores:
- Factores psicológicos: estado emocional, habilidades personales para afrontar situaciones nuevas y herramientas para solucionar problemas.
- Factores físicos, la progresión del embarazo y el estado de salud general.
- La situación de la pareja.
- Los apoyos familiares con que cuenta
- Factores sociales, económicos…etc.
Época de cambio
El embarazo es una época de cambio en la vida de la mujer, no sólo a nivel físico, sino y sobre todo a nivel emocional, todos estos cambios nos conducen a una nueva identidad: EL ROL MATERNO.
En Este proceso que se produce en relativamente poco tiempo, tenemos que aprender a convivir con:
- Una nueva imagen corporal.
- Tenemos que redefinirnos, ¿qué madre voy a ser?, ¿seré capaz de cuidar a mi bebé?.
- Movilizamos afectos y recuerdos, a veces de forma inconsciente.
- Es una época de reflexión y de redimensionar nuestras expectativas sobre quienes vamos a ser.
Esta situación es más frecuente en el primer embarazo, pues carecemos de experiencia previa, pero cuando la mujer tiene confianza en sí misma, es capaz de compartir sus preocupaciones, sus miedos y confía en el personal que la atiende, puede superarlo con relativa facilidad.
El miedo al parto aumentar a medida que se acerca la fecha.
A medida que se acerca la fecha del parto, la inquietud y preocupaciones se agudizan, además debemos tener en cuenta los cambios hormonales que se producen en la gestación y, aunque en su mayoría favorecen nuestro bienestar, también provocan alteraciones en nuestro estado emocional que disparan los niveles de ansiedad.
El miedo al parto, no es tanto al dolor físico que podemos experimentar, actualmente se utilizan técnicas que facilitan este trance, sino a la idea de cómo afrontaremos este momento.
En ocasiones, el estado emocional previo de la mujer, las circunstancias afectivas en las que vive, la vivencia previa negativa de otro parto, conforman un escenario psicológicamente negativo en que la proximidad del parto desencadena miedos y síntomas indeseables que dificultan el día a día, en estos casos tenemos recursos terapéuticos eficaces que nos permitirán entender el origen del conflicto y preparar el parto de una manera sana.