La infertilidad es un acontecimiento vital y estresante para la pareja, que afecta tanto a la mujer como al hombre en la medida en que fallan en los roles impuestos por la sociedad y la cultura.
Cuando una pareja se encuentra con dificultades para concebir de forma natural resulta frecuente que aparezcan diferencias derivadas de la distinta visión sobre qué hacer y qué es lo más importante en el proyecto de vida de esa pareja. Cada persona es distinta y afronta los problemas desde ópticas diferentes. Es el momento en que debe establecerse un nivel de comunicación que permita expresar y aceptar con total libertad los sentimientos y los miedos.
Buscar soluciones y tomar decisiones contribuyen a mejorar nuestro equilibrio emocional.
Evitar la sensación de culpa o vergüenza
Aceptar el problema, buscar soluciones y no dejar que se establezcan emociones negativas de culpa, de miedo o de vergüenza. El sufrimiento emocional, que surge ante las dificultades para conseguir el embarazo, será más o menos intenso en función de un gran abanico de factores:
- La personalidad.
- El estado de las relaciones de pareja.
- El equilibrio emocional previo.
- La capacidad de afrontamiento emocional y cognitivo.
- Los apoyos sociales con que cuentan.
De forma general hemos observado que tanto las mujeres, como los hombres con problemas asociados a la infertilidad suelen presentar menoscabo en su autoestima, sentimientos de culpa, depresión, y elevados niveles de ansiedad.
Debemos tener en cuenta que las personas con problemas derivados de infertilidad no conforman un grupo homogéneo, por lo que las variables psicológicas que afectan al ámbito de la infertilidad no pueden ser generalizadas de una forma simplista, especialmente porque las reacciones y el estado emocional de las parejas no son estáticas, sino que van evolucionando y modificándose en función de otras variables.
Podemos señalar algunos momentos críticos:
- La confirmación de incapacidad para concebir de forma natural.
- La presencia de abortos.
- La no respuesta a los tratamientos farmacológicos.
Pero existe un elemento diferenciador que afecta en mayor medida a las mujeres y que incide de una forma común en ellas y es el tiempo. El tiempo es uno de los factores más estresantes y que genera mayor frustración, debido a que la fertilidad de la mujer es inversamente proporcional a su edad.
Y aunque el tiempo afecta también a la fertilidad masculina, los modelos sociales hacen mayor hincapié en el caso de la mujer.
Psicología al servicio de pacientes
No podemos establecer una relación directa entre las dificultades para concebir un hijo de forma natural y los estados emocionales alterados por la situación de estrés o ansiedad que esa situación provoca, pero sí hemos constatado que un 60% de las mujeres atendidas, han referido alteraciones emocionales de mayor o menor intensidad relacionadas con la infertilidad.
Esto ha favorecido la integración de profesionales de la Psicología reproductiva dentro de los equipos de Reproducción Asistida, para facilitar un enfoque multidisciplinar e integrador.
Como hecho vital estresante, la infertilidad puede afectar a la pareja en diversos ámbitos:
- En su vida social, evitan visitar a los amigos que tienen hijos.
- En su vida familiar, rehuyen reuniones familiares en las que se alude frecuentemente a “cuando llegaran esos niños”.
- Las relaciones de la propia pareja, porque se producen diferencias en la importancia y urgencia que cada uno da a la situación.
- En las relaciones sexuales de la pareja por que se traslada el uso del sexo al meramente reproductivo, olvidando el deseo y la obtención de placer.
- Y en su vida laboral, porque pueden manifestar síntomas de ansiedad que repercuten negativamente en su estado de salud.
El tiempo es uno de los factores más estresantes y que genera mayor frustración, debido a que la fertilidad de la mujer es inversamente proporcional a su edad. Y aunque el tiempo afecta también a la fertilidad masculina, los modelos sociales hacen mayor hincapié en el caso de la mujer.
Buscar la ayuda de expertos en infertilidad
Ante la sospecha de infertilidad, la pareja debe acudir al ginecólogo que les orientará y realizará las pruebas necesarias para encaminarlos hacia la solución del problema. Muchas veces demoramos la visita al ginecólogo y aceptamos soluciones mágicas que no hacen más que generar falsas expectativas y menoscabar el equilibrio emocional de la pareja.
En la actualidad las técnicas de reproducción asistida han permitido abordar la infertilidad con gran éxito, y se calcula que el 2% de los niños nacidos en países occidentales lo han hecho mediante técnicas asistidas.
No obstante aún existe un elevado grado de desconocimiento social acerca de las técnicas de reproducción asistida, tanto en lo que se refiere a la técnica en sí, como a las diferencias entre los procedimientos, la tasa de éxitos y fracasos, la técnica más adecuada en cada caso….
Por eso es imprescindible, que acudamos a un centro especializado con profesionales cualificados que afronten el problema desde un enfoque multidisciplinar y riguroso.
Desde el punto de vista psicológico, para afrontar el desajuste emocional que la infertilidad puede generar es importante:
- Incrementar la vida social y realizar actividades que contribuyan a una buena calidad de salud.
- Aumentar la comunicación y la capacidad para expresar emociones entre la pareja.
- Enriquecer la vida de la pareja y mantener una adecuada sexualidad.
- Disminuir la presencia de pensamientos negativos y desesperanzadores.
- Discriminar las creencias irracionales y los sentimientos de indefensión.
- Buscar soluciones al problema a través de profesionales cualificados.
- Tomar decisiones consensuadas entre la pareja, tras valorar la información obtenida a través de fuentes cualificadas.
Buscar soluciones y tomar decisiones contribuyen a mejorar nuestro equilibrio emocional.