Un parto por cesárea es un nacimiento que ocurre a través de una incisión en la pared abdominal y el útero en lugar de por la vagina. En los últimos 30 años ha habido un aumento gradual de este tipo de partos.
En España, la tasa de partos por cesárea ha aumentado casi un 10% en la última década. El país tiene, actualmente, una tasa de un 25,25%, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad, esto es, uno de cada cuatro niños que nacen, lo hacen por cesárea. La Organización Mundial de la Salud recomienda situar la tasa de parto por cesárea en un 10-15% para reducir la tasa mundiales de fallecimientos de las madres y de los bebés en el parto.
¿Cuándo se realiza una cesárea?
Esta operación se realiza bajo ciertas condiciones en las que la seguridad de la madre y/o el niño este comprometida, es decir, se recurre a ésta cuando hay imposibilidad de un parto por vía vaginal. De igual manera, en algunos casos, las cesáreas son practicadas en situaciones críticas o de emergencia y en otros casos son de manera electiva. Las indicaciones pueden ser por causa materna o por causa fetal.
Indicaciones maternas
- Eclampsia y preeclampsia. Es una afección caracterizada por una fuerte subida de la presión arterial. Afecta a entre el 2% y el 8% de las gestantes. La eclampsia es su estado más grave. Si hablamos de preeclampsia leve, el doctor puede recomendar reposo e intentar una inducción del parto. Pero si sospecha que puede haber falta de bienestar fetal, hará la cesárea.
- Placenta previa. Si al final está tan baja que obstruye la salida del útero, el cuello, hay que programar una cesárea.
- Enfermedades que imposibiliten el parto natural. Es el caso de alguna cardiopatía grave, infecciones genitales o infección por VIH.
- Diabetes gestacional. Si va asociada a complicaciones se precisa la cesárea.
- Pelvis demasiado estrecha. Cuando hace imposible o difícil el paso del bebé se programa una cesárea para evitar complicaciones.
- Desprendimiento prematuro de placenta: Esto es la separación de la placenta de la pared uterina que habitualmente ocurre en el tercer trimestre. Aproximadamente el 1% de las mujeres embarazadas experimentarán desprendimiento de la placenta. La madre va a experimentar sangrado en el lugar de la separación y el dolor en el útero. Esta separación puede interferir con oxígeno que llega al bebé, y dependiendo de la gravedad, se puede realizar una cesárea de emergencia.
- La ruptura uterina: En aproximadamente 1 de cada 1.500 nacimientos, el útero desgarra durante el embarazo o parto. Esto puede conducir a una hemorragia en la madre e interferir con el suministro de oxígeno del bebé.
- Tener dos o más cesáreas anteriores. Con dos, casi todos los obstetras la proponen, porque consideran que hay riesgo alto de rotura uterina.
- La falta de progreso en el parto: Esto puede ocurrir cuando el cérvix no ha dilatado por completo, el parto ha desacelerado o detenido, o el bebé no está en una posición de nacimiento óptimo. Esto puede estar diagnosticado correctamente una vez que la mujer está en la segunda fase (más allá de 5 centímetros de dilatación), ya que la primera fase del trabajo de parto (0-4 centímetros de dilatación) es casi siempre lento.
- Existencia de tumores en el canal del parto también hacen necesaria la cesárea.
Indicaciones fetales
- Partos múltiples. Si el primero de los gemelos no está bien colocado, hay que hacer cesárea. En trillizos, siempre.
- Mala presentación del bebé. Si está en situación transversa, la cesárea es segura. Si viene de nalgas, depende de la habilidad del obstetra, pero casi siempre se recurre a un parto por cesárea.
- Macrosomía fetal. Cuando el bebé pesa más de 4,5 Kg.
- El sufrimiento fetal : La causa más común de sufrimiento fetal es la falta de cantidades adecuadas de oxígeno entregado al bebé. Si la monitorización fetal detecta un problema con la cantidad de oxígeno que el bebé está recibiendo, se puede realizar una cesárea de emergencia.
- Defectos de nacimiento: Si el bebé ha sido diagnosticado con una alteración estructural, se puede realizar para ayudar a reducir más complicaciones durante el parto.
- Prolapso del cordón: Esta situación no ocurre a menudo, pero cuando lo hace, se realiza una cesárea de emergencia. Un prolapso de cordón ocurre cuando el cordón umbilical se desliza a través el cérvix y sobresale de la vagina antes de que nazca el bebé. Cuando el útero se contrae, causa la presión en el cordón umbilical, que disminuye el flujo de sangre al bebé.
Dependiendo del caso, la cesárea puede programarse al final del embarazo o decidirse en el momento del parto. Si se ha administrado anestesia epidural ningún otro tipo de anestesia será necesaria en caso de tener que practicar una cesárea.
Según el Ministerio de Sanidad uno de cada cuatro niños que nacen en España, lo hacen por cesárea.
¿Una cesárea debe seguir a otra?
Si la primera cesárea se indica por una causa permanente (tal como una pelvis demasiado pequeña), los siguientes partos tendrán que hacerse con cesárea. Sin embargo, si la primera cesárea fue motivado por causas accidentales (hemorragia, sufrimiento fetal, presentación de nalgas no relacionada con una malformación uterina, etcétera) una segunda cesárea no es obligatoria. Cabe señalar, sin embargo, que una cesárea previa incrementa el riesgo de una nueva cesárea por una razón: la cicatriz de la primera operación puede romperse bajo el efecto de las contracciones uterinas y de ese modo la madre y el niño quedarían expuestos a complicaciones muy importantes.
Qué esperar después del parto por cesárea
La fatiga causada por la operación se suma a la del parto por cesárea. La subida de la leche materna puede tardar más a causa del cansancio adicional. La cicatrización puede ser dolorosa, especialmente durante las contracciones después del parto. El dolor abdominal puede acompañar la reanudación del tránsito intestinal. En estos casos se puede seguir una alimentación especial.
El prejuicio estético es muy bajo debido a que la incisión queda oculta por el vello púbico, si bien no debe exponerse al sol durante varios meses. Si para el bebé el parto por cesárea es más seguro que el parto natural, lo contrario sucede con la madre. De hecho, las complicaciones por infecciones son tres veces más frecuentes que en el parto natural.
El riesgo de flebitis, embolia pulmonar y hemorragia tardía, aunque excepcionales, también puede ocurrir. La cesárea puede obstaculizar las primeras etapas de la relación emocional entre la madre y el niño. Por último, la tasa de mortalidad de las mujeres durante el parto con cesárea sería de cuatro a cinco veces mayor que durante el parto por vía natural. Por lo tanto se recomienda limitar el uso de la cesárea a los partos patológicos.
En 1997, una publicación conjunta de la UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), la OMS (Organización Mundial de la Salud) y el UNFPA (Fondo de las Naciones Unidas para la Población- Guías para monitorear la disponibilidad y uso de los servicios obstétricos, octubre de 1997) indica que debe respetarse el límite máximo de una tasa de cesáreas del 15 %.
Más allá de esta cifra el recurso a la cesárea se considera abusiva y tendría un impacto más negativo que positivo si se tienen en cuenta los riesgos de esta operación.
El aumento del número de cesáreas en los últimos veinte años se puede explicar en parte por los avances en la medicina quirúrgica y anestésica, un creciente número de embarazos de alto riesgo (en mujeres de más edad) y una mejor detección del sufrimiento fetal a través del monitoreo.
A pesar de estas condiciones, los expertos están de acuerdo en que una tasa de cesáreas mayor de 25 % es anormal.
No obstante, no siempre se puede, o se debería, evitar un parto por cesárea. En algunas circunstancias es lo mejor que puedes hacer por tu propio bien, el de tu bebé, o el de ambos.
Pregunta a tu doctor exactamente por qué recomienda una cesárea. Habla sobre los riesgos y beneficios para ti y tu bebé en tu caso particular.