La fertilidad femenina disminuye debido a los cambios normales y relacionados con la edad que se producen en los ovarios.
Al nacer, las mujeres ya tienen todos los folículos que contienen óvulos en sus ovarios; a lo largo de su vida no producen folículos nuevos. Por poner algunas cifras, en el momento de su nacimiento una niña dispone de una dotación genética de 1 millón de ovocitos, cantidad que se reduce a 300.000 en el momento de la aparición de la primera menstruación.
Durante la etapa reproductiva de la mujer, en cada ciclo menstrual se establecen fenómenos de reclutamiento de un número determinado de folículos para seleccionar, entre ellos, el destinado a ovular, mientras el resto desaparecerán de modo que en todo el período reproductivo tan sólo 300 ovocitos alcanzarán la ovulación.
La fertilidad femenina disminuye gradualmente a partir de los 30 años, sobre todo después de los 35 años.
Medir la reserva ovárica
En Medicina reproductiva usamos el término “reserva ovárica” para describir la capacidad de los ovarios para responder ante una estimulación ovárica con la producción de ovocitos en un número adecuado de folículos.
La reserva ovárica no mide sólo la cantidad de folículos que se activan, sino la calidad de su respuesta. Sin embargo el número y la calidad de los ovocitos guarda correlación inversa con la edad cronológica de la mujer.
¿En qué consiste el estudio de la Reserva ovárica?
Es importante aclarar que la reserva ovárica comienza a descender antes de volverse estériles y antes de dejar de tener períodos regulares. La calidad de sus óvulos estará directamente relacionada con su edad.
A los veinte años, se supone que una mujer debería tener un gran número de óvulos de excelente calidad disponibles para ser fecundados y dar lugar a embriones de buena calidad.
Sin embargo incluso a estas edades no todos los ovocitos tendrán esas características ya que hasta un 13% de los mismos pueden tener aneuploidías (demasiados o muy pocos cromosomas) lo que puede dar lugar a la formación de embriones de mala calidad con los consiguientes malos resultados reproductivos.
A medida que avanza la edad en la fertilidad de la mujer, esta tasa también aumenta de modo que más del 20% de los embriones producidos por mujeres en el rango de edad de 35 a 39 años son aneuploides, porcentaje que se acerca al 40% en el caso de mujeres de más de 39 años.
La edad influye en la fertilidad de la mujer
Esto es debido a que la edad produce cambios en la actividad mitocondrial de los ovocitos: fallos energéticos, cambios en la expresión proteica y alteraciones genéticas. Sin embargo, no necesariamente las personas mayores de cuarenta años contarán con una mayor cantidad de óvulos de deficiente calidad; las mujeres más jóvenes también podrían llegar a experimentar este problema como consecuencia de problemas de salud, factores externos o simplemente a causa de su genética. Por tanto, la edad es un factor relevante pero no el único.
La edad y, consecuentemente, la calidad de sus óvulos tiene un efecto muy importante sobre la fertilidad de la mujer ya que los óvulos de calidad deficiente dificultarán enormemente el hecho de conseguir un embarazo y llevarlo a término.
Existe una relación directa entre mala calidad ovocitaria y mala calidad embrionaria:
- Menor tasa de implantación: los óvulos de mala calidad no serán capaces de implantarse adecuadamente en el útero una vez que hayan sido fertilizados.
- Menor tasa de embarazo.
- Mayor tasa de aborto y de anomalías cromosómicas en caso de conseguir el embarazo. Conforme avanza la edad materna y aumenta el número de abortos existe mayor riesgo de volver a abortar.
Una mujer sana y fértil de 30 años de edad tiene una probabilidad del 20% de quedar embarazada.
La mejor edad reproductiva de una mujer se sitúa alrededor de los 20 años y disminuye gradualmente a partir de los 30 años, sobre todo después de los 35 años.
Cada mes que lo intente, una mujer sana y fértil de 30 años de edad tiene una probabilidad del 20% de quedar embarazada. Eso significa que por cada 100 mujeres fértiles de 30 años de edad que intentan quedar embarazadas en un ciclo, 20 tendrán éxito y las 80 restantes tendrán que intentarlo de nuevo. A la edad de 40 años, la probabilidad de una mujer es inferior al 5% por ciclo; por lo tanto, se espera que menos de 5 de cada 100 mujeres tengan éxito cada mes. Las mujeres no son fértiles hasta la menopausia.
La edad promedio de la menopausia es a los 51 años, pero la mayoría de las mujeres se vuelven incapaces de lograr un embarazo con éxito alrededor de los 45 años.
Estos porcentajes son válidos tanto para la concepción natural como para la concepción por medio de un tratamiento de fertilidad femenina, incluida la fecundación in vitro (FIV). A pesar de que algunas historias que aparecen en medios de comunicación pueden llevar a las mujeres y sus parejas a creer que serán capaces de utilizar tratamientos, como la FIV, para quedar embarazadas, la edad de la mujer afecta las tasas de éxito de los tratamientos de la infertilidad. La pérdida de la fertilidad femenina relacionada con la edad se debe a que tanto la calidad como la cantidad de óvulos disminuyen gradualmente. En estos momentos aparece como mejor opción la ovodonación.
La infertilidad relacionada con la edad es cada vez más común
En la sociedad actual, la infertilidad relacionada con la edad es cada vez más común ya que, por diversas razones, muchas mujeres esperan hasta más tarde para formar sus familias. A pesar de que las mujeres de hoy son más saludables y cuidan de sí mismas mejor que nunca, una mejor salud en la edad adulta no llega a contrarrestar la declinación natural relativa a la edad. Es importante entender que disminuye con la edad de las mujeres debido a la disminución biológica normal de la cantidad de óvulos que quedan en los ovarios. Esta disminución puede ocurrir mucho antes de lo que la mayoría de las mujeres esperan.
Conclusión sobre la edad en la fertilidad femenina
Como resumen podríamos decir que dentro de la fertilidad femenina, las posibilidades de embarazo comienzan a disminuir entre los 26 a 34 años y cae más rápido después de los 35 años. Las mujeres que deciden posponer el embarazo hasta después de los 35 años, o incluso 40 años, deben obtener información clara y precisa sobre todas las opciones, pruebas y tratamientos adecuados y sobre todo, de las posibilidades reales de éxito de los mismos en cada caso concreto, porque espíritu y biología no siempre van de la mano.