La celiaquía es una enfermedad autoinmune, lo que significa que tu cuerpo piensa que lo está haciendo bien, cuando en realidad no es así. Si eres celiaca, el consumo de gluten (una proteína que se encuentra en gran cantidad de cereales) desencadena una respuesta inmune que daña el intestino delgado.
Sus síntomas incluyen: dolor, hinchazón y distensión abdominales; diarrea; pérdida de peso, y fatiga. A veces, los pacientes no padecen síntomas gastrointestinales y pueden sufrir otros menos evidentes, tales como la irritabilidad, el dolor en las articulaciones y el sarpullido.
Aun así, si la enfermedad está diagnosticada y tratada, durante el embarazo no vas a tener ningún riesgo aumentado. Si padeces celiaquía, durante el periodo de gestación se produce una mala absorción de nutrientes, por lo que tienes que asegurarte, junto con tu ginecólogo, de que llegas a los niveles básicos
Así pues, es importante que las mujeres que están intentando quedarse embarazadas y sospechan que sufren celiaquía, o que tienen parientes de primer grado que son celíacos, hablen del tema con su médico de cabecera y se dirijan a un centro especializado en el diagnóstico de la enfermedad. En caso de resultado positivo, siguiendo meticulosamente una dieta sin gluten, no corren ningún riesgo en particular y no necesitan, durante el embarazo, controles suplementarios o tratamientos farmacológicos.
Si el diagnóstico se produce con el embarazo ya iniciado, le corresponde al médico la tarea de controlar si la malabsorción ha producido carencias de hierro o calcio y, si es necesario, prescribir suplementos de estos minerales. Lo mismo vale si la celiaquía se diagnostica después del parto, en el puerperio o durante la lactancia.
Celiaquía en el embarazo
La celiaquía puede ser transmitida de la madre al hijo como parte de su herencia genética. Para el pequeño, el riesgo de desarrollar la celiaquía a lo largo de su vida es del 10%. De momento, no han sido identificados con certeza comportamientos o precauciones a tener durante el embarazo o tras el nacimiento del bebé para reducir el riesgo de que también desarrolle una intolerancia al gluten. Se cree que retrasar lo más posible la exposición del bebé al gluten puede tener un efecto protector, pero los estudios al respecto todavía no han dado resultados definitivos.
Causas de la celiaquía en bebes
Todavía no se conoce de forma clara la razón por la cual esto sucede. Sin embargo, se piensa que el sistema inmunitario reacciona al gluten como si fuese una sustancia extraña.
Según algunos, el abandono precoz de la lactancia materna, antes del cuarto mes, favorecería la celiaquía.
Se considera también que la alergia a la leche pueda estar relacionada con esta dolencia.
Por otro lado,la celiaquía acostumbra a ser hereditaria. Entre los parientes de primer grado se presenta en un 7% de los casos.